lunes, 20 de diciembre de 2021

Agujeros de guión (Parte I).

Hola a tod@s:

Este es un análisis de todos los juegos en clave de humor para ver hasta qué punto las historias sobre el Profesor Layton y Luke algunas veces rayan en lo ridículo y que no tienen mucho sentido si fuesen casos reales. Por supuesto, lo hago con todo el cariño del mundo hacia una de mis sagas favoritas de juegos y espero que se tomen esto como una broma, no como algo contra las maravillosas historias que nos cautivaron a todos durante estos años. 

Como es de suponer, voy a hacer spoilers de todas las tramas. Si no has jugado aún los juegos, te recomiendo que no sigas leyendo para no estropearte la sorpresa y que puedas disfrutar de las geniales historias que te cuentan.

Espero que disfruten de la lectura.

Un saludo, Rinoa83.

Podría empezar por cualquiera de los juegos pero, como yo soy más vieja que el hilo negro, vamos a comenzar por la que fue su primera aventura. Por supuesto, me estoy refiriendo a 'El profesor Layton y la villa misteriosa'. Este fue el primer contacto que tuvimos con la saga Layton y en su momento nos impactó por sus grandiosas cinemáticas, sus bellas melodías y nos devanamos los sesos con sus puzles... cofguiasnintendocof... y nos dejamos cautivar por la magia de sus historias. Porque sí, muchas de ellas tienen que ser cosa de magia para los sucesos que nos narran durante el juego.

Lo primero, suponiendo que ya sabemos que al final del juego se descubre que "todos" los personajes eran autómatas, o sea, robots con personalidad propia y autonomía, hay muchas cosas que no nos cuadran de su actitud en este juego.

Para empezar, todo se hubiese solucionado y no habría historia si el Barón Reinhold hubiese enviado a Flora a un colegio de señoritas y le hubiese dado la herencia para ella sola, ya que era el único ser que le quedaba en el mundo. No que la dejó rodeada de máquinas que dan grima; con una madre postiza que la aterrorizaba y para colmo la deja sin una mala libra porque si toca el tesoro de la Manzana dorada se apagan los robots y queda ella por una desalmada. ¿No pensó que iba a sentirse igualmente sola si se quedaba en Saint Mystère rodeada de engendros sin alma y sin escapatoria?

Lo mejor es que el barón era muy cachondo y le gustaban mucho las bromas, porque en vez de decirle a la pobre Flora dónde tenía su herencia por si deseaba tomarla y salir corriendo del pueblucho de mala muerte, mejor la encerramos en una torre oscura y medio derruida porque para él era su princesita en apuros. Yo hubiese cogido el dinero y me hubiese pagado un buen psicólogo por el trauma de tener a un padre tan subnormal. No me extraña que en la trilogía original Flora demuestre que tiene un síndrome de abandono y persiga a Layton y a Luke por todas partes.

Menos mal que en esta historia los robots son más inteligentes y más compasivos que los humanos, por lo que Lady Dahlia decide contactar a Layton para que encuentre la Manzana dorada y pueda disfrutar de la herencia la chiquilla.

Se supone que tendría que saber de él por los periódicos porque el pueblo estaba oculto por la campiña inglesa y nadie sabe dónde... bueno, el cartero sí lo sabe porque sino no sé cómo van a leer el periódico. Obviando que el cartero sabe donde está el pueblo, Layton recibe una carta misteriosa y decide emplear sus vacaciones en ir a mediar sobre una herencia. Porque síp, ahora no sólo es arqueólogo sino que se sacó el título de abogado en sus ratos libres entre viaje y viaje. Y ahí va Layton en su "cutremóvil" con Luke de copiloto y le dice al pobre niño con el disimulo que resuelva dónde queda el pueblo, porque reconozcámoslo, aquí quien resolvía la mayoría de los puzles era Luke y Layton se llevaba la gloria diciendo: "excelente deducción, yo he llegado a la misma conclusión".

Una vez que llegamos al pueblo nos encontramos con el primer impedimento, pues el puente está elevado y no podemos pasar a menos que le digamos al técnico cómo hacer su trabajo. No se sabe muy bien por qué tenía tantos engranajes en la casetilla, pero gracias a la vista aguda de Layton que pudo ver las muescas al otro lado del foso, conseguimos cruzar por fin e ingresar a Saint Mystère.

Lo primero que hacemos es dirigirnos a la mansión para conocer a nuestra anfitriona y se produce una explosión; pero lo que más nos preocupa es encontrar a la gata de la señora porque ahora vamos de recaderos y es nuestro deber como caballeros ingleses ir tras el bicho. ¿Por qué alguien se iba a preocupar de qué ha sido ese temblor que casi tira la casa?

Mientras, nos acordamos que no tenemos dónde quedarnos. Así que nos ponemos rumbo al hotel, que por otra parte nunca recibía visitas porque el pueblo estaba oculto, por lo que no se sabe para qué lo querían. Y hablamos con la recepcionista que está muy desesperada. En cuanto ve a Layton es un flechazo y empieza a contarnos que no hay habitaciones disponibles porque todas están de reformas. ¿Y los obreros? ¿Alguien vio movimiento en el hotel? Bueno, la buena señora no se corta y dice que ya se lo compensará porque no hay camas disponibles... ¡Ejem! Yo soy Layton y ya hubiese salido corriendo como alma que lleva el diablo, esa tipa no llevaba buenas intenciones; porque no me vais a negar que no es raro que Don Paolo que llegó justo después sí consiguiera una habitación. Todo muy sospechoso...

Por cierto, ¿y por qué estaba Don Paolo en Saint Mystère? Nunca dijeron sus verdaderas intenciones durante el juego, sólo que quería llevarse uno de los robots para investigar su tecnología. Aparte de científico chiflado y obsesionado con Layton, ¿también era un ladrón del tres al cuarto? ¿Y por qué se disfrazó de Chelmey si se suponía que el Barón murió de muerte natural y el presunto asesinato se produjo cuando estaba él ya en el pueblo? ¿Acaso también es adivino en sus ratos libres y sabía que iban a necesitar una investigación por asesinato? 

En fin, supongamos que salió en los periódicos la historia de la Manzana dorada y de la herencia del barón. Entonces, no sólo Layton y Don Paolo serían los únicos que irían tras la enorme fortuna de un ricachón y el pueblo estaría inundado de cazatesoros. Sin embargo, nadie sabía dónde estaba el pueblo, excepto el cartero; Layton con su mapa a trozos; Don Paolo porque es adivino... Menos mal que era un misterio la ubicación del pueblo que si no...

Lo más increíble es que durante toda la aventura hablamos con un montón de personajes y Layton nunca se percata de que son máquinas. Tenían que ser mejor que la película de 'El Hombre Bicentenario' o 'I.A (Inteligencia artificial)' porque para imitar la piel y no darse cuenta Layton, con todo lo espabilado que es que no se le escapa una, lo engañaron como a un chino. En serio, si no llega a ser por los pequeños engranajes repartidos por todo el pueblo, el diario del barón y el laboratorio espeluznante que no es en absoluto sospechoso en la torre de Saint Mystére, no sé cómo no se dieron cuenta antes.

Y, por supuesto, no me iba a olvidar de la mítica escena de la noria en el parque de atracciones abandonado. Esa es la mejor parte que se recuerda del juego y la que menos sentido tiene de todo. Porque, a ver, ¿cómo supo Don Paolo que Layton y Luke tenían que pasar por ahí si no tenía los trozos de diario? Es más, ¡¿cuándo construyó un mecanismo de radiocontrol en una noria gigante y en tan poco tiempo?! ¡¿Acaso es primo de McGyver y lleva una ferretería con él para montar unas trampas tan elaboradas?!

Y menos mal que la señora lee el periódico, porque Layton sólo llega a la conclusión de que ese Chelmey es un impostor porque no le gustan los dulces. Vamos a ver, que le regalen unas gafas a Layton porque una máscara de goma no es lo mismo que la piel humana, un poquito de por favor, que ya da vergüenza ajena. Aunque fuera el mejor disfraz del mundo, ¿no se pregunta por qué fue solo a investigar un asesinato o por qué no había un forense, etc.? ¿No le parecía muy sospechoso que lo mandase a buscar con insistencia la Manzana dorada o que supiera que iba a cometerse un asesinato antes de que ocurriera?

Otro de los grandes agujeros de guión de esta historia es el tema de si Don Paolo llegó antes, durante o después de que se volviese a perder la manivela. En serio, que revisen al de la puerta porque ya le está dando fallos el disco duro si cada dos por tres está perdiendo la dichosa palanca. Porque tampoco tiene mucho sentido que la robe Don Paolo para quedarse todos encerrados cuando los robots no van a ir a ninguna parte, ese era su mundo. Además, ¿de verdad que no podían salir sin la palanca? Bueno...

Como que muy difícil no era cortar unas cuerdas para que bajase de golpe el puente y ya después lo reparamos. No queda tan caballeroso como resolver un puzle, pero más vale maña que fuerza.

Y siempre les quedaba la opción de nadar. Otra cosa es que no quisieran mojarse la ropa porque iban a coger un resfriado y se iban a poner malitos; pero que no digan que es imposible salir de Saint Mystère cuando ya vemos que hay varias opciones. Y, obviamente, se puede entrar por el mismo método.

Y llegamos al final de esta historia que se vuelve cada vez más bizarra con su conclusión.

1. Si los presentes estaban reunidos en el salón que estaba en el primer piso, porque tenemos que subir unas escaleras... ¿nadie se pregunta por qué Don Paolo no se mató al tirarse por la ventana al ser descubierto? ¿No hubiese sido más lógico (pero menos trágico) que hubiese escapado por la puerta a su espalda?

2. ¿Cuándo tuvo tiempo Don Paolo de arreglar su helicóptero si estaba persiguiendo a Layton por todo el pueblo y tuvo que construir una mega trampa improvisada en una noria gigante?

3. ¿Por qué si quería matar a Layton no le pegó un tiro y se disfrazaba para huir del país, tan bueno que era con los disfraces? ¿Por qué destruir la torre de Saint Mystère con Flora y Luke dentro que no tenían culpa de nada?

4. Si no llega a ser porque Flora sonríe y ve la marca de nacimiento, ¿hubiera descubierto Layton quién era la Manzana dorada?

5. ¿Desde cuando los antojos salen por sonreír y son de quita y pon?

6. Según la grabación en la cámara del tesoro, ¿cómo supo el Barón Reinhold que sería un hombre quien descubriría la herencia? ¿Lo tenía estipulado con Lady Dahlia que sólo vinieran hombres para buscarle marido a la niña?

7. ¿Cómo sabían los robots que tenían que apagarse si Flora tocaba el tesoro? ¿El dinero era mágico? ¿Tenía un chip súper avanzado?

8. Cuando Flora se marchó del pueblo sin un penique, Shelley que era el inventor de aquellas máquinas, ¿se quedó con el tesoro y se dió la vida vidorra en una playa del Caribe? Porque ya no tenía sentido seguir manteniendo a los robots cuando su función era hacerle compañía a Flora.

Sólo hay una posible explicación a todas estas preguntas sin respuesta...

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